sábado, 23 de abril de 2016

Brócoli

Brócoli

Brócoli

Nada que objetar a sus propiedades antioxidantes, ni a los hondos beneficios que le adjudica la OMS, desde su papel en la prevención del cáncer a su capacidad para combatir el colesterol. Pero hincharnos a este vegetal puede que no sea una buena idea si sufrimos alteraciones de
tiroides. 
La buena fama del brócoli es merecida. Ahora que están tan de moda los llamados “alimentos funcionales” —enriquecidos en fibra, omega 3 o fitoesteroles—.  “Su color característico nos habla de un alto contenido en pigmentos naturales o carotenoides. Posee sustancias identificadas como antioxidantes para luchar contra los radicales libres. Su alto contenido en vitaminas E, B, A, K y C fortalece nuestro sistema inmunológico, mejora nuestra visión y previene de enfermedades vasculares. Posee una cantidad de fibra tal que evita enfermedades del colon, por lo que no debe faltar en nuestro menú semanal. En definitiva, es un ejemplo de alimento saludable”.
La cuestión es: ¿cuanto más brócoli, mejor? No, si padece usted de hipotiroidismo. El doctor Mariscal nos explica por qué: “El brócoli, al igual que la coliflor, el repollo o la col, del grupo de crucíferas, presenta unas sustancias que son responsables tanto de su aroma como de su sabor picante. Dichos compuestos poseen la capacidad de bloquear la utilización y absorción del yodo, con lo que frenan la actividad de la glándula tiroidea”. 

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